sábado, 13 de noviembre de 2010

Mi pelicula.


Es momento de grandes despedidas.
Se trata de alguien que hasta hace poco
estaba en tu vida como uno de los actores
principales de una película.

Pero ese personaje fue deteriorándose,
quemándose poco a poco,
dejándose ver cada vez menos en escena,
hasta que un buen día,
¡sorpresa!, desapareció.
Es entonces cuando todo el mundo
se pregunta qué ha pasado.
¿Cómo alguien con tanto peso en tu vida pasa,
en cuestión de semanas, a ocupar un lugar
tan irrelevante?

De todas formas podría parecer
“la crónica de una muerte anunciada”,
ya que las relaciones, como los buenos papeles,
hay que ganárselos, demostrar que se
merecen por méritos propios.
El problema es que hay actores que creen que
están por encima
de una evaluación continua,
que, hagan lo que hagan, siempre seguirán
mereciendo
el Óscar.

Pues en este caso no.
En este caso se ha perdido el papel,
he cortado la escena en el preciso instante en que
no me ha gustado lo que veía.
Porque ésta es mi película. Porque ésta es mi vida.
Porque aquí mando yo. Porque yo soy la directora.
Porque se acabaron las oportunidades.
Porque hoy me he armado de valor y he matado
a tu personaje.

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